Maximiliano, un viajero con mochila

Cuando pienso en los mochileros, casi enseguida se me representa la imagen mental de un caracol. Si, hablo de esos pequeños animalitos que llevan su casa encima. Esos que avanzan lento pero seguro, solo con lo necesario a cuestas, no cargando pesos extras que perjudiquen el viaje. Lo importante es el movimiento, el descubrimiento, la aventura. Creo que Maxi, como otros viajeros que comparten este estilo de vida buscan enriquecerse desde la experiencia y no desde lo material.

Detrás de esa sonrisa franca y de los mensajes inspiradores que comparte en redes sociales, hay un tipo de gran corazón. Un tipo que se estremece por las bellezas naturales que lo rodean, por la historia de los pueblos, por la vida ajena que la siente propia. Un tipo que te hace ver que todo es posible y que ademas de soñar hay que escuchar las corazonadas. Que hay que perderse para encontrarse. Un tipo que comparte su experiencia para enriquecer la de otros. Un tipo que no se da cuenta la magnitud del alcance en lo que hace y que en esa simpleza está su grandeza.

Los dejo con la historia de Maximiliano Forte, un joven que gasta la suela de sus zapatos viajando y nos inspira a una vida más sencilla, donde podemos encontrar mayor libertad.

viajero con mochila
Vivir ligero de equipaje porque son las cosas las que nos quitan libertad.

1- ¿Quién es el muchacho detrás de viajero con mochila? 

Es una buena pregunta. Siempre digo que ponerse frente al espejo y reconocerse a veces resulta duro. El muchachito detrás de viajero es un pibe normal, que busca la forma de alcanzar lo que sueña de diferentes formas siempre desde el amor, la pasión y la humildad. La verdad es que aún no sé quién soy, por eso se me hace difícil contestarte, además creo que uno nunca es el mismo, va mutando a medida de que va caminando y creciendo. Vas aprendiendo, cerrando ciclos y abriendo otros, cambiando de piel, creciendo.

Creo que podría definirme como un soñador nato queriendo mostrar que fuera hay otro mundo y no es ese mundo hostil que nos cuentan por televisión.

2- ¿Cuál fue el punto de inflexión para que tomaras la decisión de viajar? ¿Cómo comenzó la aventura? 

Los inicios fueron detrás de una oficina en un trabajo que no me hacía muy feliz. Se me iba la vida, de verdad: diez horas por día de lunes a sábado y donde el domingo sólo quería descansar, ¡No me daba la vida!. Es cierto, tenía estabilidad económica y eso me daba tranquilidad pero en el fondo no estaba feliz.

Una noche, nos sentamos con una gran compañera que tuve hace unos años en la cama y nos pusimos a conversar de qué nos teníamos que proyectar un objetivo que nos hiciera felices así que los dos coincidimos en algo: viajar.

Nos preparamos muchísimo: yo tenía que dejar el trabajo, cambiar al cien por cien mi forma de vida. Adquirí mi primera cámara, mis instrumentos para trabajar independientemente y empezamos a ahorrar algo de dinero para irnos a nuestro primer destino: Perú. Ahí empezó la aventura.

La realidad es que el punto de inflexión fue la búsqueda de algo que me hiciera feliz, y por suerte lo encontré. Creo que el primer paso es el más difícil, porque uno está lleno de miedos, pero después las cosas van sucediendo: ¡y qué lindo que sucedan!.

3- ¿Que países has visitado y cual fue el que más te sorprendió? ¿Porqué? 

Por ahora conozco sólo Latinoamérica. Me falta conocer Ecuador y Colombia. Paraguay fue el que más me sorprendió: es un país lleno de magia y misterio, donde uno a medida que va descubriendo las realidades del Paraguay, se va descubriendo a sí mismo. Ahí todo es natural, nada de ficción para el viajero, ¡de verdad lo recomiendo!

4- Contanos alguna experiencia o anécdota viajera.

Una vez estaba muy triste en el sur de Chile mirando el pacífico, por allá en Puerto Montt. Se me acercó un señor que dormía en la calle haciéndose llamar el Bob Marley lugareño diciéndome “sabes? te veo cara de triste y vos no tenés que estar triste, porque estás viajando, mírame a mí, duermo ahí con mi sobre y el cartón y estoy super feliz”.

Yo me quedé pensando un montón y de verdad me voló la cabeza: mis problemas no significaban nada, de verdad, nada en comparación con otras realidades, más a mí me costaba regalar la sonrisa. “Te cuento algo?”, siguió, “La felicidad no está acá, ni acá”,decía mientras se tocaba la cabeza y después el corazón. “La felicidad está en la guata” (en la panza). Y ahí entendí todo. No hacía falta más, mientras yo me hacía problemas por cosas insignificantes.

5- ¿Tuviste miedo o ganas de abandonar en algún momento este estilo de vida?

Sí, claro. Me pasa muy seguido. Uno siente mucho siempre y de verdad es que también tiene algunas responsabilidades con su familia. Aunque sé que mi círculo más cercano me apoya un montón en todas las decisiones que tomo, a veces se hace muy cuesta arriba esta forma de vida  y uno parece cansarse. Más cuando estoy ahí, a punto de abandonar, aparecen señales que me dicen “seguí”. Primero fue Paraguay, ahora la India. Señales, hay que seguir las señales.

«Señales, hay que seguir las señales.»

6- El Cabo Polonio sin dudas es un sitio que adorás. Contanos esa conexión especial con este rinconcito de Uruguay. 

El Cabo Polonio es un lugar con el que tengo una conexión increíble. Ahí me siento vivo de verdad. No sé como describirlo pero no la tengo con ningún lugar. Por eso, hace un tiempo entendí que debía compartirlo con otras y otros, así que empezamos a organizar expediciones para conocerlo desde lo más adentro y también desde el amor y la pasión. Por suerte la gente se va enamorada, como lo estoy yo.

El Cabo me sanó mucho cuando yo estaba muy triste y muy abajo. Logró darme un poco de luz en épocas donde la oscuridad parecía reinar: pero ahí estuvo el haz de luz del faro, y cada doce segundos comenzó a iluminarme.

7- Sos anfitrión worldpackers….trabajaste o hiciste algún voluntariado? Como fue tu experiencia?

Sí,desde el año pasado soy embajador Worldpackers en Uruguay. Esta plataforma es de voluntariados,  para poder darle un sentido a tu viaje y también una forma de abaratar costos mientras viajas. La verdad es que  mis experiencias fueron buenas, aprendés mucho y compartís, que eso para mí es parte fundamental de los viajes y de la vida. La recomiendo al cien por cien.

8-¿Que personas (pueden ser o no viajeros) te inspiran?

Admiro mucho a ciertos personajes más su filosofía de vida es la que intento llevar en la mía, al caminar. Uno de ellos es Pepe Mujica. Más allá de su militancia político-partidaria, creo que es un ser que vive como piensa, donde se refleja la humildad en cada aspecto de su vida y coincido muchísimo con el vivir con poco para ganar en libertad, que al fin y al cabo, eso es lo que estoy buscando: la libertad.

Mi vieja, también es una referente: de lucha a base de amor y constancia. De darlo todo sin pedir nada a cambio, cosa que pocas personas pueden hacerlo. Su entrega para con las personas es admirable.

9-¿Alguna reflexión final?

Sean felices. Búsquenla en donde crean que se encuentra. En viajar, en el título universitario, en los atardeceres, en los sueños. Sean felices y no permitan que nada ni nadie les diga que no en ese sentido. Cada vez que se caigan, cada vez que se encuentren en el suelo, busquen la forma de pararse y seguir caminando, que las caídas son parte del camino y ahí está el verdadero aprendizaje.

Abracen, quieran, no se queden con las ganas de decir las cosas y abracen de nuevo.

2 opiniones en “Maximiliano, un viajero con mochila”

  1. Este fueguito con el corazón tan grande,es maravilloso que existan seres así,gracias Maxi por soñar enseñarnos a volar y fluir,por ser un guerrero valiente del arco iris,te quiero muchisimo.

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