¿Qué es viajar? ¿Es trasladarse hacia un lugar y volver? ¿Es retornar con un par de fotos y contarle a los tuyos lo bueno que estuvo? ¿O puede tener un significado distinto para cada uno? Cris hizo un viaje sólo con pasaje de ida. Dejó su querido Uruguay para buscar su destino en la Argentina. Irse a vivir a otro país también es una manera de viajar. Los dejo con esta mujer poderosa y bella que cambió lo conocido por lo incierto para forjar el futuro que quería para si misma.
1-¿Cuales son tus experiencias viajando?
He tenido varias experiencias y lo que rescato más allá del destino o con quien vaya, es que los viajes te cambian, te renuevan, te recargan de pilas. Volvés con otro aire, con ganas. Si bien cada viaje es distinto, todos me han dejado la misma sensación de plenitud, relajación…te abre la cabeza.
Viajando he sido yo misma. Creo han sido los momentos en mi vida en donde soy yo sin ningún tabú, sin ninguna represión, sin estereotipos que tenga que seguir. Será que no tenés rutina, no tenés los problemas cotidianos, entonces uno se permite otras cosas. Sería buenísimo ser así todo el tiempo y sentirse así todo el tiempo.
También me han pasado cosas. El año pasado cuando viajé a Brasil me perdieron la valija. Estuve 5 días sin nada, me tuve que comprar un bikini, un pareo, unas chinelas, un short y una remera…hasta ropa interior! sinceramente no tenía nada en el bolso de mano. Es un buen tip llevar una muda de ropa en el bolso de mano. Pero más allá de que discutí con la gente de la aerolínea, eso no provocó que yo dejara que disfrutara de Pipa.
Parte de viajar es que te pueden pasar imprevistos y los podés resolver de otra manera que si estuvieras en la cotidiana, donde uno se estresa y no habría que estresarse tanto.
2- ¿Qué te llevó a querer a vivir en otro país?
Veía que estaba estancada en donde vivía. Lo que quería en ese momento no lo podía lograr en mi país. Quería independizarme y estudiar. El sueldo no me alcanzaba para ambas cosas entonces tenía que optar por una u otra. Ese era uno de los impulsos para cambiar un poco de vida. Uruguay tiene un techo en muchas cosas y yo quería progresar, pero amo mi país mas allá de que tome esa decisión.
También veía en mi entorno que el resto de la gente tenía su vida encaminada, su trabajo, su casa, sus metas, sus parejas. Cada uno iba haciendo su vida y yo seguía en la misma que antes. Eso me dio ganas de experimentar otras cosas, de abrir mi cabeza, de animarme a estar conmigo misma y a conocerme más yéndome a otro lugar. Al irte de tu país enfrentás cosas que uno se puede hacer la noción de lo que puede pasar, pero después que lo vivís es diferente a lo que imaginaste.
3-¿Como era tu vida antes de emigrar?
Era muy buena, estaba rodeada de gente que amo y amaba. Tenía mis proyectos y cosas que logré. Una vida que hoy mismo se extraña. A veces la vida que tengo, me encantaría tenerla en mi país, me gustaría unificar las dos cosas.
En Uruguay tenía una vida super sociable, divertida, rodeada de gente. La casa de mi vieja siempre estaba llena de amigos y siempre tenía alguien con quien hacer cosas.
Era maravillosa hasta cierto punto, que es un poco lo que conté en la pregunta anterior.Sentía que estaba estancada, que no podía concretar mis proyectos, un poco por lo económico. Quería independizarme, irme de lo de mi madre pero no podía si quería estudiar lo que quería. Veía que las dos cosas al mismo tiempo no las podía hacer y eso un poco, me frustraba. Pero en sí, tenía muchas cosas positivas, que hoy día extraño un montón.
4-¿Cómo es tu vida ahora?
Mi vida ahora es completamente distinta. Si la comparo con lo que acabo de describir, ahora no estoy llena de amigos, de familiares y gente que amo todo el tiempo. Sí tengo gente que conocí, con la que tengo buenos vínculos y fui construyendo relaciones, pero no es lo mismo que sentirse en casa.
Mi vida respecto a lo económico mejoró. Hoy día tengo mi casa. Viví dos años sola. Cumplí mis objetivos de estar conmigo misma y conocerme, descubrirme y ver como me desenvuelvo en ciertas situaciones.
Empecé con mis dos valijas, un colchón en el piso y mi mesa de luz era una caja de cartón. Mi vida ahora es en un apartamento bastante grande, en un lindo barrio y vivo con mi pareja. Eso estuvo buenísimo porque la relación cambió y se afianzó desde que me vine a la Argentina.
A nivel laboral aprendí un montón de cosas. Me desenvolví en un mundo en el cual no sabía nada, el mundo de las finanzas. Nunca había trabajado en algo parecido. Aprendí que podía hacer un montón de cosas y seguir aprendiendo. Me gusta que me puse metas y que de a poco las logro. Todo con sacrificio, eso me da una satisfacción personal que no la cambio por nada.
Acá la vida es mucho mas acelerada, todo se tiene que planificar con tiempo, tipo agenda. No me puedo adaptar a eso, pero bueno, así funciona por lo menos en esta ciudad. En Uruguay era distinto, salía todo mas improvisado, no había tanto programa para ver a un amigo o salir a comer o tomar un mate. Pero también me gusta la vida que tengo acá porque me siento orgullosa de las cosas que logré, que aprendí y fui mejorando. Fue como una terapia personal enfrentarme a nuevos desafíos.
En mi nueva vida me animé a operarme la rodilla, un problema que arrastré 12 años. Me animé a operarme y a hacer la rehabilitación en otro país, dejando ese problema en el pasado. A la vez me animé a trabajar la comunicación con los otros. Era una persona que me enojaba mucho y he aprendido en este tiempo a tener más paciencia, escuchar al otro, a dejarme sorprender. Todo no es como yo quiero o planifiqué, pueden aparecer cosas nuevas. Y esas cosas nuevas o inesperadas no están mal. Dejé que el universo me sorprendiera.
5-¿Qué fue lo más complicado en este cambio de vida?
Que difícil pregunta! Un montón de cosas. Lo mas complicado es pasar por situaciones que no sabes como resolver y te sentís solo. Porque por más que tu familia y amigos de siempre estén, no los tenés en el cotidiano. No los tenés al lado tuyo para pedirle una opinión o consejo. Tuve mucha gente que me ayudó y estoy super agradecida por eso. Pero lo que sigue costando hasta el día de hoy es el hecho de que te sentís solo.
Cuesta formar vínculos genuinos, hacer amistades verdaderas. Podes conocer gente buena onda, que te escuche, pero las relaciones personales llevan su tiempo. Para tener confianza con alguien se necesita tiempo, dedicación de las dos personas. Entonces, creo que lo que cuesta más es formar vínculos para toda la vida. Esos vínculos para toda la vida siguen estando en mi país, todavía no logré tenerlos acá.
Después cuesta que acá todo es muy organizado, todo es con día y hora. Acá las distancias son largas, hay más transito y cantidad de gente por lo que demoras más. Cada uno vive en su burbuja y no mira lo que le esta pasando al de al lado. Capaz que pasa en todos lados, pero cuando estas en un cambio de vida te das mas cuenta de eso. Todos están en la rosca y sos vos la que estas cambiando.
Hacer las cosas más improvisadas cuesta un montón. Allá yo levantaba el teléfono o le mandaba un mensaje a una amiga que vivía a cuatro, cinco cuadras, le decía vamos a tomar unos mates y salíamos. Eso acá no pasa y cuesta.
Después fue complicado encontrarme con la independencia. Tanto que la buscaba, después sentís que estas vos sola y que solo dependes de vos y no podés dar ningún manotazo de ahogado, no solo en lo emocional sino en lo económico.
6-¿Cómo fue tu comienzo en Buenos Aires?
Viví unos meses en lo de una tía, luego unos meses en la casa de otra tía, lejos del trabajo. Volver a las 12 de la noche y caminar por barrios que no conocía. Cruzar la vía de tren para llegar a la casa. Tenía que juntar para ahorrar y ahorrar para poder irme de la casa en la que me estaba quedando y a la vez vivir en la casa de prestado. En casa ajena tienen su vida, su rutina, sus costumbres y vos estas sensible. Me costó poder alquilar porque no tenía garantía propietaria, tenía que juntar la plata para un depósito. La búsqueda de un lugar es agradable, pero tiene sus piedras en el camino.
Y después el día a día privarte de cosas, no poder viajar a mi país como me gustaría, porque había que ahorrar la plata para poder comprarme las cosas y pagar los impuestos, hasta acomodarme. Es complicado todo ese proceso.
7-¿Dejaste muchas cosas atrás?
Si. Todo lo que tiene que ver con las relaciones, las amistades, la familia, lo emocional. En un momento uno esta metido tanto en la rosca de las cosas nuevas, de los progresos, de las autoexigencias que uno se pone para seguir logrando cosas y salir adelante que dejas cosas atrás. Dejás de pasar momentos con personas que querés y amas. Dejás de ir a lugares que querés ir. Deje la cotidianidad que tenia en mi país.
Hasta el día de hoy me pregunto a que precio conseguí la vida de hoy porque tuve que dejar atrás a la gente que quiero. A veces tengo ganas de llegar a casa y mandarle un mensaje a mi mamá y que venga a tomar mate o cenar o yo pasar por lo de ella a darle un beso…y eso no pasa. O por la casa de mi hermana…y eso no lo tenés. Tenés ganas y quizás tiempo, pero no tenés a las personas ni el dinero a cada rato para tomarte un barco e irte. Esas son las cosas que dejas atrás y a veces te preguntas si vale la pena porque esos momentos y esas personas a veces no vuelven.
8-¿Qué ganaste emigrando?
A nivel personal gané confianza en mi, valentía, autoestima. Gané saber que puedo hacer ciertas cosas, que me puedo poner ciertas metas y que las puedo cumplir. Ganás mucho internamente. Gané conocerme a mi misma, saber que me gusta y no, que quiero para mi vida y que no, ganás claridad.
Te sacas las vendas de los ojos. Empezás a percibir otras cosas, que podés hacer y que no. Valorás el gesto de los demás. Valorás que la gente sea cordial, que se buena onda, que te den una mano. Valorás que una persona te pregunte como estas, que se preocupen por vos, que te ayuden hasta en lo mas mínimo, hasta en como tomarte un colectivo, o como te tenés que poner la mochila para andar en el subte y que no te roben.
Y después valoras los consejos que te dieron tus abuelos, que te dieron tus viejos, los consejos que te dieron tus amigos. Ahí te acordás de los valores de las personas que te criaron y empezás a valorar todo eso y decís…que razón tenía la vieja en ciertas cuestiones!
Valorás cada visita a Uruguay aunque sea un fin de semana o pocas horas. Querés exprimirlo al máximo, aunque a veces no me da el tiempo de hacer todo lo que quisiera, estar con todos y hacer todo a la vez. Cada minuto que volvés valoras cada charla, cada comida, cada salida a caminar por la rambla, la risa con tus amigos, la complicidad de siempre. Gané en humanidad. Eso me hace sentir bien conmigo misma.